Estos primates, nuestros parientes más cercanos, viven en grupos sociales similares a los de los humanos y llevan a cabo maquinaciones políticas que nos pueden enseñar mucho sobre el mundo
A fines de los años 70 tuvo lugar un drama
político en Holanda del que pocos se enteraron.Yeroom era líder de una
comunidad y después de estar en el poder durante mucho tiempo, intentaban
derrocarlo.Su liderazgo cada vez más autocrático había provocado que uno de sus
rivales más jóvenes y ambiciosos reuniera a un grupo de simpatizantes.
A medida que a Yeroom se le evaporaba la confianza en sí mismo,
el joven rival se sentía cada vez más cerca de la victoria y le ofreció al
viejo líder un cargo en una nueva administración.Yeroom aceptó. Pero en secreto
hizo una importante alianza con otro joven rival, Niki, y juntos lograron
derrocar al nuevo líder.
Niki asumió el poder, pero quien verdaderamente siguió al mando
de la comunidad fue el hábil y viejo Yeroom.Esta historia quizás no tendría
nada de interesante si no fuera porque no ocurrió con humanos. Tuvo lugar en un zoológico y los
protagonistas eran chimpancés.
Esta historia del ascenso y la caída de Niki, el chimpancé, fue
tomada del libro "La política de los chimpancés", de Frans de Waal,
primatólogo holandés, profesor de la Universidad de Emory y director del Centro
Nacional de Investigación de Primates en Atlanta, Estados Unidos.
Como demuestra su desenlace,
las maquinaciones políticas de estos animales nos dicen mucho sobre nuestro
propio mundo humano.De hecho, hay cinco lecciones que los chimpancés, nuestros
parientes más cercanos, nos pueden enseñar sobre política:
1. Mantén cerca a tus amigos y aún más cerca a
tus enemigos
Estos primates extremadamente
inteligentes viven en grupos sociales de unos 50 miembros.E igual que en los
humanos, los grupos de chimpancés tienen una jerarquía y cuentan con líderes. Y
también, como los humanos, los
chimpancés tienen un enorme deseo de poder."Los grupos están dominados por
los machos, que dominan a las hembras, y entre ellos mismos hay una lucha
para destacarse como el principal", le explica a la BBC el profesor Frans
de Waal.
"Esto es lo que se conoce como la sed de poder. Luchar para
ocupar la posición más alta, para obtener ciertos beneficios como alimentos y
hembras y, en ocasiones, surgen machos que pueden ser el macho alfa hasta por
12 años, como se ha llegado a observar en estudios".Por supuesto que
llegar a ocupar la posición de macho alfa tiene algo que ver con fuerza física,
pero quienes logran llegar al liderazgo son animales intensamente políticos."Tu
fuerza se mide de acuerdo a cuántos individuos te apoyan y a cuántos amigos
tienes dentro de la política del grupo, porque una sola persona no puede
controlar a toda una comunidad", le explica a la BBC la doctora Alison
Cronin, directora de Monkey World, en Somerset, Inglaterra, el mayor santuario
de primates fuera de África.
2. Cuando establezcas alianzas,
elige a alguien débil y no al que es más fuerte
Así, un chimpancé que quiere ascender al puesto más alto
necesita amigos pero también necesita aliados y, lo más importante, necesita
una estrategia.Y, como explica Frans de Waal, esto se resume en coaliciones de
conveniencia que cambian continuamente."Si tenemos un grupo con tres
machos y uno de ellos es extremadamente fuerte, los otros dos tenderán a
aliarse en contra del más fuerte. Porque si se unen al macho más fuerte saben
que se convertirán en solo un accesorio de su poder".
"En cambio, si
uno de ellos se une a otro macho que es tan débil como él, entonces habrá una
alianza que será esencial para la coalición", explica el experto.Así es
exactamente como se forman las coaliciones de los partidos políticos humanos,
como le dice a la BBC Simon Jix, profesor de ciencias políticas de la London
School of Economics.
"Por ejemplo, si tenemos tres partidos en un parlamento,
uno de ellos grande y dos pequeños, se pensaría que la coalición más obvia es
del partido grande con uno de los dos pequeños"."Sin embargo, las
predicciones para obtener una victoria mínima muestran que los dos
partidos pequeños deben unirse si juntos pueden obtener más de 50% de los
escaños, porque así pueden dividirse el poder entre ellos dos".
"Mientras que si uno de los pequeños formara una coalición
con el partido grande, éste dominaría y el pequeño no tendría mucho poder en
sus manos", afirma Hix.Los chimpancés también tienen otras estrategias
políticas muy similares a las de los humanos."Cuando un macho viejo pasa
su mejor época y ya no pueden seguir siendo macho alfa, comienza a buscar
y preparar a un macho joven que cree puede tener futuro como líder. Y este
joven macho puede terminar siendo el nuevo macho alfa", explica el
profesor de Waal.
"Esto lo vemos también con los humanos, todos esos
políticos viejos que siguen teniendo enorme influencia en un partido".Y el
profesor Hix dice: "En la política democrática encontramos muchas veces
que el líder de un partido no es siempre la persona con más poder dentro de ese
partido".
"Porque serás líder del partido durante poco tiempo,
mientras que las figuras políticas poderosas se mantienen dentro de los
partidos durante 15 o 20 años"."Son las grandes bestias que se
encargan de manejar los hilos y no quieren al frente del partido a alguien que
pueda ser más poderoso que ellos", dice el experto.
3. Es bueno que te teman pero es mejor que te
estimen
Para los primates, ya sean
chimpancés o humanos, es la perspicacia política la que al final determina
quién es el que tiene el poder."Hay muchos libros empresariales que dicen
que para ser ‘un macho alfa‘ no debes dejar que nadie se salga con la suya,
dales un golpe en la cabeza para que sepan quién manda, asegúrate que saben
quién es el jefe, etc. etc.", dice Frans de Waal.
"Pero se ha demostrado que los mejores machos alfa en las
comunidades de chimpancés no son necesariamente los bravucones o pendencieros,
ni los machos más grandes y fuertes"."Se trata de tener simpatizantes
y de mantener contentos a tus simpatizantes, por lo tanto tienes que ser
diplomático. Los verdaderos líderes chimpancés apoyan a las víctimas después de
una pelea, los abrazan y los calman".
"Y esta también es la labor de los machos alfa en las
sociedades humanas: los verdaderos líderes son los que van a lugares donde ha
habido desastres como terremotos y ofrecen el apoyo a su pueblo".
4. Es bueno que te estimen, pero es mucho mejor ser capaz de
repartir premios
Los líderes quieren el apoyo
de las masas. Igual que los políticos que están detrás de los votos, los
líderes chimpancés quieren ser apreciados y también quieren ser capaces de
redistribuir los recursos para apuntalar su apoyo."Juegan con las crías de
las hembras. Por lo general, no están interesados en los infantes pero
literalmente salen a besar a los bebés igual que los políticos humanos que les gusta sostener a los bebés
en alto", dice el profesor de Waal.
"Otra cosa que hacen es que salen a recoger comida para
compartirla con sus simpatizantes"."Toshisada Nishida, el científico
japonés que estudió a un chimpancé que fue macho alfa durante 12 años, encontró
que éste reunía carne y seleccionaba a sus simpatizantes para compartirla, con
lo cual, en resumen, había establecido todo
un sistema de sobornos del que sacaba ventaja a su favor".
5. Las amenazas exteriores pueden apuntalar tu
apoyo (si éstas realmente existen)
Tal como explica Michael Bang
Petersen, profesor de psicología política evolutiva de la Universidad de
Aarhus, en Dinamarca, "a menudo cuando pensamos en política creemos que se
trata de algo complicado, de negociaciones sobre presupuesto nacional".
"Pero la política
realmente trata de cuestiones básicas sobre como nos relacionamos con los
otros, quiénes son amigos, quiénes son los enemigos, lo que está bien o mal,
quién se merece nuestra ayuda y quién no", dice.En efecto, una cuestión
política básica es identificar
a los amigos y a los enemigos.Igual que los humanos, los chimpancés se ven
involucrados en conflictos violentos con grupos rivales.
"Los chimpancés son intensamente territoriales y defienden
su espacio organizando grupos de patrulla con los machos dominantes buscando
amenazas exteriores o individuos que intenten entrar en su territorio",
explica Alison Cronin, de Monkey World."Y llevan a cabo esas patrullas de
perímetro en la noche y en la mañana".
Así, cuando se ven amenazados por un agente externo, los grupos
de primates se unen y olvidan sus problemas internos.Y hay un concepto que se
usa en ciencias políticas que refleja esta conducta en los humanos: "el efecto de agruparse ante
la bandera", cuando una amenaza externa inesperada incrementa el apoyo al
gobierno (por ejemplo, en la respuesta a los ataques de 11 de septiembre de
2001 en EE.UU.).