FELICIDAD Y TRABAJO

FELICIDAD Y TRABAJO

miércoles, 12 de noviembre de 2014

LECCIONES DE STEPHEN HAWKING



El astrofísico más famoso de la actualidad, Stephen Hawking, dio a conocer su punto de vista sobre el cambio climático hace años. Con motivo de la nueva película sobre el científico, 'The Washington Post' recopiló sus 'lecciones' clave sobre el tema.
Los pesos pesados de la ciencia y Hollywood se mezclaron la semana pasada en el Museo Smithsonian de Historia Estadounidense para asistir al estreno en Washington de la nueva película biográfica sobre Stephen Hawking. La obra de James Marsh, 'The Theory of Everything', está inspirada en los recuerdos de Jane Hawking, la exesposa del científico. El diario 'The Washington Post' ha entrevistado a los invitados para conocer cómo interpretan el mensaje del genio.   
"Estamos aprendiendo cómo las actividades y tecnologías humanas están afectando a los sistemas climáticos en formas que pueden cambiar para siempre la vida en la Tierra. Como ciudadanos del mundo, tenemos el deber de compartir ese conocimiento. Tenemos el deber, también, de alertar al público sobre los riesgos innecesarios con que vivimos cada día, y de los peligros que pronosticamos en caso de que los gobiernos y la sociedad no tomen medidas ahora (...) para evitar un mayor cambio climático", insistió Hawking en su discurso ante la Real Sociedad de Londres para el Avance de la Ciencia Natural en el 2007.
Lección Nº1: Ser curioso
Hawking, cuyos avances científicos comenzaron con unas preguntas realmente dramáticas, sigue siendo existencialmente curioso, según el productor y guionista de la obra, Anthony McCarten. "¿Qué es nuestro universo? ¿Dónde termina? ¿Qué es lo que deberíamos hacer mientras tanto? Su curiosidad no tiene límites. Tiene opiniones sobre cualquier cosa", subrayó McCarten.
Lección Nº2: Actuar
"Nos está alentando ahora a dar pasos preventivos y a hacerlo rápidamente. (... ) Tiene generaciones de simpatizantes que le escuchan: mis amigos más jóvenes le consideran un ícono, amigos de mis padres creen que es un ícono", comentó la estrella británica Eddie Redmayne, quien interpreta a Hawking en la película. La primera publicación del científico en su cuenta de Facebook, que acaba de abrir, fue: "Sean curiosos", recordó el actor.
Lección Nº3: Sacar analogías
"Por primera vez nos dimos cuenta del cambio climático observando a Venus. La atmósfera de Venus, que es 90 veces más densa que la de la Tierra, consiste mayormente en dióxido de carbono. Aunque no es el planeta más cercano al Sol, es mucho más cálido que cualquier otro planeta, Mercurio incluido", puntualizó el portavoz de la Sociedad Estadounidense de Física, Michael Lubell, quien se cruzó con Hawking hace 15 años durante una lección en Atlanta.   
Venus es un ejemplo muy evidente de gases de efecto invernadero, subrayó Lubell. "¿Deberíamos estar haciendo algo al respecto? La respuesta es: Absolutamente sí", opinó.
Lección Nº4: Advertir del futuro apocalíptico
"No sabemos cuándo parará el calentamiento global. Pero el peor escenario es que la Tierra se convierta en Venus, con temperaturas de 250 ºC y lluvias de ácido sulfúrico. La raza humana no podría sobrevivir en tales condiciones", insistió Hawking en el 2007 en 'La hora 11', un documental de Leonardo DiCaprio sobre el medio ambiente, subraya 'The Washington Post'.
Lección Nº5: Seguir haciendo grandes preguntas
Las preocupaciones climáticas de Hawking derivan del deseo de explicar los cielos y, en el proceso, comprender mejor la vida en la Tierra, comentó David Kaiser, jefe del Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El científico, quien se cruzó con Hawking por primera vez siendo un estudiante de postgrado en la Universidad de Harvard, admite que está interesado en las mismas preguntas universales.   

La pregunta recurrente de los cosmólogos es: ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? A veces, nos referimos al "mundo" en el sentido más estrecho, como "este mundo". A veces nos referimos al "mundo" como algo imposiblemente infinito. Esto frecuentemente es motivado por las preguntas: ¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? ¿Qué es esta cosa en la que existimos y cuál es su futuro?", acentuó Kaiser.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

LA FELICIDAD SE PUEDE MEDIR


Aunque suene raro, investigadores de la University College de Londres aseguran ser capaces de calcular los niveles de felicidad de las personas aplicando una ecuación matemática desarrollada por ellos. A la fórmula (que no suma uno más uno sino que tiene en cuenta las variables de recompensas, expectativas y decisiones previas) llegaron luego de pedirles a 26 personas que realizaran tareas repetidas que implicaban tomar decisiones y obtener pérdidas o ganancias económicas a partir de ellas; paralelamente, se les solicitaba que evaluaran y comunicaran sus niveles de felicidad.
Mientras los participantes respondían, se observaba el funcionamiento, mediante imágenes de resonancia magnética funcional, de lo que ocurría en sus cerebros, y se encontró que dos áreas vinculadas con la felicidad (el núcleo estriado ventral y la ínsula, que se activan ante la presencia de dopamina, hormona ligada al bienestar) mostraban cambios importantes. Los investigadores lograron probar de esta manera que lo que el cerebro identifica como un ánimo feliz no sólo depende de la satisfacción que experimentan las personas, sino también de que los resultados que éstas obtengan sean mejores de lo que esperaban (por ejemplo, ganar más dinero del proyectado). En otras palabras, las expectativas influyen en la felicidad de la gente, y ésta es mayor cuando se superan.Con los datos obtenidos, los autores del estudio construyeron un modelo computacional y definieron una fórmula que puede predecir la felicidad (valorada por cada individuo en un momento determinado) en función de las últimas recompensas recibidas y las expectativas que se habían planteado. Este modelo predictivo fue probado con 18.420 participantes de diferentes países a través de una aplicación para celulares. Ellos debían responder a la pregunta ¿Qué me hace feliz? Dependiendo de la respuesta obtenían recompensas en puntos en lugar de dinero.Tras analizar los resultados los investigadores, cuyo estudio fue publicado en PNAS, confirmaron que la ecuación sí podía cuantificar la felicidad en personas de diferentes países y culturas, a partir de las expectativas y logros de cada individuo. A la par, se concluyó que el dinero no es un buen predictor de felicidad.
¿Para qué sirve?
Citado por BBC Ciencia, Robb Rutledge, autor principal de la investigación, afirmó que con esta fórmula "es posible tomar en cuenta decisiones pasadas y resultados y predecir con exactitud qué tan feliz una persona dirá que se siente en cualquier momento".
Y explica que el cerebro trata de averiguar, todo el tiempo, qué debería estar haciendo la persona para obtener satisfacciones; de este modo, las decisiones, expectativas y resultados son información que usa para asegurarse de actuar lo mejor posible en el futuro. "Todas las expectativas y satisfacciones recientes se combinan para determinar el actual estado de felicidad", afirmó Rutledge.
Según los investigadores, esta ecuación podría ayudar a los médicos a comprender mejor los trastornos del estado de ánimo a partir del análisis de las fluctuaciones emocionales que tengan las personas, frente a eventos cotidianos que pueden interpretar como pequeñas derrotas o pequeñas victorias.
Esta fórmula matemática cuantifica, por primera vez, algo tan subjetivo como las percepciones de felicidad.Puede visitar el siguiente link: 
http://www.eighty20.co.za/databases/happiness/happiness.cgi  

domingo, 2 de noviembre de 2014

LA FELICIDAD UN ACTO DE REBELDÍA

“Esta es una sociedad que funciona con manicomios, cárceles, policías y drogas, pero este panorama tiene que cambiar”, afirma Chamalú, un boliviano que  ha dedicado toda  su vida a comprender la sabiduría indígena andina.
Cuando niño su bisabuela, miembro de la comunidad indígena quechua, con sus conocimientos ancestrales pudo curarlo de una enfermedad que según él la medicina tradicional no supo entender. Por ello, años después, quiso explorar la cultura y la forma de vida de estos grupos a los que las sociedades contemporáneas han olvidado. Desde entonces lleva más de 30 años dedicado a comprender y transmitir los saberes aprendidos de aquellos que viven una vida espiritual y en armonía con la naturaleza.
Sus enseñanzas sobre estas tradiciones perdidas tienen a la felicidad como eje central. “Todas las sociedades quieren encontrar los secretos para ser feliz, pero hay diferencias inmensas en cómo la describen y las formas que utilizan para llegar a ella”, señala el boliviano. Las comunidades andinas ancestrales han pensado en la felicidad de una forma sencilla al concebirla como una actitud ante la vida. Al contrario de las sociedades occidentales, que en sus palabras buscan sólo en lo externo y en la necesidad de acumular cosas materiales, lo que lleva a los seres humanos a una total pobreza interior.
Iveshama es el método con el que ha recorrido los cinco continentes para enseñarles a las personas la manera de vivir plenamente basado en la sabiduría andina olvidada. Es para Chamalú un método que pretende traducir conocimientos ancestrales a los tiempos actuales. Lo que este descendiente quechua quiere transmitir es claro: la felicidad no es externa, sino que debe ser auto gestionada. Es, además, la condición previa para que el amor sea posible y es este el sentimiento que garantiza la libertad que lleva a la paz.
Son entonces estos cuatro elementos combinados: felicidad, amor, libertad y paz, los que permiten una vida saludable. “La salud es el síntoma de haber aprendido a vivir”, recalca.
La declaración de la felicidad, por lo tanto, es la finalidad última. Consiste en tomar una decisión. “Es un acto de rebeldía que permite tomar las riendas de la vida, ser conscientes. Es esta sensibilidad la que nos otorga el poder; lo que yo llamo la soberanía existencial”, recalca Chamalú.
Este conocedor de la cosmología indígena pretende transmitir viejas novedades para un mundo lleno de tecnología e inmediatez. La necesidad de entender los estilos de vida de otras comunidades, es fundamental, más aún cuando ya son pocos los descendientes que adquieren dichos conocimientos.
Chamalú ha compartido en algunas ocasiones con los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, a quienes admira y rescata su capacidad para defender su cultura y sus tradiciones. Para él es indispensable que los colombianos sean conscientes de los procesos que están destruyendo la integridad de los pueblos ancestrales. Es necesario que las personas se interesen por conocer el legado que dejan estas comunidades para poder vivir en armonía con todo lo que los rodea.
           Chamalú está en Colombia para el lanzamiento de su libro ‘Sabiduría olvidada’. El Espectador 2/17/2014