Mientras los participantes respondían, se observaba el funcionamiento, mediante imágenes de resonancia magnética funcional, de lo que ocurría en sus cerebros, y se encontró que dos áreas vinculadas con la felicidad (el núcleo estriado ventral y la ínsula, que se activan ante la presencia de dopamina, hormona ligada al bienestar) mostraban cambios importantes. Los investigadores lograron probar de esta manera que lo que el cerebro identifica como un ánimo feliz no sólo depende de la satisfacción que experimentan las personas, sino también de que los resultados que éstas obtengan sean mejores de lo que esperaban (por ejemplo, ganar más dinero del proyectado). En otras palabras, las expectativas influyen en la felicidad de la gente, y ésta es mayor cuando se superan.Con los datos obtenidos, los autores del estudio construyeron un modelo computacional y definieron una fórmula que puede predecir la felicidad (valorada por cada individuo en un momento determinado) en función de las últimas recompensas recibidas y las expectativas que se habían planteado. Este modelo predictivo fue probado con 18.420 participantes de diferentes países a través de una aplicación para celulares. Ellos debían responder a la pregunta ¿Qué me hace feliz? Dependiendo de la respuesta obtenían recompensas en puntos en lugar de dinero.Tras analizar los resultados los investigadores, cuyo estudio fue publicado en PNAS, confirmaron que la ecuación sí podía cuantificar la felicidad en personas de diferentes países y culturas, a partir de las expectativas y logros de cada individuo. A la par, se concluyó que el dinero no es un buen predictor de felicidad.
¿Para qué sirve?
Citado por BBC Ciencia, Robb Rutledge, autor principal de la investigación, afirmó que con esta fórmula "es posible tomar en cuenta decisiones pasadas y resultados y predecir con exactitud qué tan feliz una persona dirá que se siente en cualquier momento".
Y explica que el cerebro trata de averiguar, todo el tiempo, qué debería estar haciendo la persona para obtener satisfacciones; de este modo, las decisiones, expectativas y resultados son información que usa para asegurarse de actuar lo mejor posible en el futuro. "Todas las expectativas y satisfacciones recientes se combinan para determinar el actual estado de felicidad", afirmó Rutledge.
Según los investigadores, esta ecuación podría ayudar a los médicos a comprender mejor los trastornos del estado de ánimo a partir del análisis de las fluctuaciones emocionales que tengan las personas, frente a eventos cotidianos que pueden interpretar como pequeñas derrotas o pequeñas victorias.
Esta fórmula matemática cuantifica, por primera vez, algo tan subjetivo como las percepciones de felicidad.Puede visitar el siguiente link:
http://www.eighty20.co.za/databases/happiness/happiness.cgi
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